Pero nunca tendrá mis cojones.
Desde hace meses, se escucha en cada esquina:
“ChatGPT escribe mejor que tú.”
“¿Para qué contratar un copy si hay inteligencia artificial?”
“Se va a acabar todo. Esto lo hace una máquina.”
Cada vez más gente se pregunta si la IA puede hacer su trabajo. Y el sabelotodo de Bill Gates es el abanderado de fomentar ese miedo… mientras inyecta millones en su desarrollo.
Y ¿sabes qué?
Tienen razón.
La IA puede escribir. Puede programar. Puede automatizar.
Incluso puede vender.
Pero hay algo que nunca va a poder replicar:
Mis cojones.
¿La IA puede hacer mi trabajo o reemplazarme?
La IA puede hacer mi trabajo… pero no puede vivir mi historia.
La IA no se levanta un lunes con el estómago vacío y una venta por cerrar.
No ha sentido el miedo de mirar la cuenta y ver un 0.
No ha tenido que negarle a su hijo un Hot Wheels en la cola del supermercado porque no tenía 1,49€ para el puto cochecito.
No se ha dejado la piel en un email diario mientras el mundo decía que no valía para nada.
La IA no tiene hambre.
No tiene presión.
No tiene ni puta idea de lo que es jugarse el mes por un clic.
Y eso, querido amigo,
es lo que nos da a los humanos ventaja.
Lo que te hace insustituible
¿Sabes qué hace a alguien bueno en lo suyo?
No es la técnica.
No son las herramientas.
No es el algoritmo.
Es el riesgo que asume cada vez que pulsa “publicar”.
Es su historia.
Su cicatriz.
Su estilo.
Cuando uno juega el juego de la vida, corre riesgos cada día.
¿Qué riesgo asume la IA?
Exacto: ninguno.
La IA puede ayudarte.
Pero nunca te va a sustituir si tienes algo que decir de verdad.
Yo uso la IA todos los días.
Pero yo le mando.
Ella ejecuta.
Yo decido.
Lo que te hace insustituible es esto:
- Escribir con voz propia, no con voz perfecta
- Vender desde el alma, no desde el prompt
- Contar historias que nadie más puede contar
- Tener el coraje de decir: “esto lo he vivido yo”
¿Y ahora qué?
No te voy a vender nada aquí.
Solo te voy a decir lo mismo que me repito cada mañana:
No necesito ser mejor que la IA.
Solo necesito ser más humano que ella.
Y eso, buen amigo,
se entrena escribiendo, vendiendo y comiéndote el mundo cada día.
¿Quieres ver cómo lo hago?
Cada día escribo un email.
Sin filtro. Sin fórmulas. Sin IA escribiéndomelo.
Solo yo, vendiendo con palabras reales.
Y mostrándote cómo usar la tecnología… sin perder el poder de decisión.
No es gratis porque no valga.
Es gratis porque te va a cambiar la forma en la que vendes.
👉 Apúntate aquí y léelo mañana.